sábado, 9 de febrero de 2013

Busca mis besos esta noche y habla


1. LENGUAJE.

No me nombres con la voz ya conocida, 
inventa nuevas risas, gemidos y palabras
¡hasta cuándo me nombras como todos!

Desde mis sueños a tu sombra
el silencio habla mejor lo que quiero decir.

Dejemos las palabras olvidadas,
salgamos con los labios nuevos y los ojos apagados.
Hagamos realidad las esperanzas.

2. NO ME CREEN.                                  

No me creyó la gente 
cuando te llore en la primavera,
secaron las gotas caídas en su frente… y no lloraron.

No creyeron
cuando dije que el mar bordaba 
alegrías en los ojos,
ni que la humedad pesaba cada mañana.

No me creyó la gente,
cuando gaviotas deshilaron mis cejas,
ni cuando se perdió la voz en la garganta.

No supe gritar el amor, no supe hilvanarlo…
y hoy se rompe mi boca
y mis brazos se agrandan de pesares.

Hoy me duele este sentir tan hondo
y la gente no me cree
cuando digo que tengo el alma henchida de silencios.

3. HERENCIA MILENARIA.

Voy a dejar de morder la piel de mi mañana,
olvidar como nunca los soles que murieron…
los pasados y graves silencios,
la luz que recorría las sombras alargadas.

Permaneceré muda, quieta, inmaterial.      
Descenderé del alma triste de las acacias
a cobijarme en el enmarañado brillo de esos ojos.

No voy a llorar, ni a rogar por nada.
Ya he deshecho el aire.
Ya probé el amargo sabor, la herida, la locura…

Y tengo en los brazos huidizos 
una herencia milenaria de tristezas.

4. POEMA SIETE.

Como todas las tardes, la hora agoniza por mis dedos,
la dibujo con signos y tristezas,
la dibujo con esta boca que se cierra
y llora la música que antaño parecía reír.

Pero las tardes se asemejan.
Ya no importa ni por qué sueño llamaradas
en tu ocaso y tu tal vez...

No importa la caricia que esbozaba la mañana.
Se acaba cada siglo de mi espera
todas las miradas son iguales,
perdidas, ajenas, inútiles...

Todas ellas, fijas se prenden en mi acento
atenuando la magia caliente de otra voz
y olvido las notas que roen silencios.

He sentido la voz del hombre fugitivo,
la primavera cae y florece... no puedo más.

5. VOLVERÉ.


Volveré. 
Amarrada a los recuerdos,
a lo dulce del amanecer
y a la lluvia que mojó mi savia.

La que limpió mi frente,
marcó las manos,
a agrupó las sonrisas 
guardándolas en el aire.

¿Dónde guardar los momentos
para revivirlos en otro tiempo?
cuando las luces del ocaso
mueran en el silencio.

¿Acaso dormirás en el pasado
como yo, 
revivo y crezco
en tu horizonte difuso?

Volveré 
tantas veces como exista el presente.
Y buscarás siempre que vuelva.

6. TAHITI.

En el silencio tibio de la tarde,
en medio de la luz, entre los cantos,
ojos acariciantes, boca indiferente
y la tarde me duerme entre sus brazos.

Soy este día

la sombra y la raíz del futuro
sola, sentada rompiendo cadenas,
bebiendo los minutos de lo eterno.

Soy el calor abrazado a tu pecho,

fundida entre las hojas de tu alma.
Eres tierra soñada y perdida,
como se pierde a Dios, sin lágrimas...

Tierra soñada entre nubes,

no lloro por mí, aún queda tiempo
tierra que viviste entre mis manos
acabas de morir en mi recuerdo.

7. CREO EN TI.


Creo en tus voces y en sus ecos,

en la mañana nueva
cargada de ternuras encendidas.

Siento mi vida deslizarse en ti,

entre tus brazos,
mezclada a tu cuerpo
y a tu alma limpia como el día.

Eres la claridad, iluminas la noche

por cada costado de tu sonrisa,
limpias mi cerebro de pesares.

Eres lo mágico y lo prohibido.

Somos dos siluetas unidas en la distancia,
manchas en el horizonte del recuerdo.

Cántame a media voz.

Creo en la vida. Escúchame cantar.
Hoy creo en ti.

8. YO Y EL MAR.


                         COMO UNO SOLO, CON LA FELICIDAD EN MIS MANOS Y LA   

                            DISTANCIA DE SIGLOS, DE PASADOS, DE AYERES, DE HORAS 
                                 QUE HAN DE REPETIRSE A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS.

Aquí estoy sentada ante tus ojos

como lo estuve hace tiempos y silencios.
Tengo tu canto, que moja mis sentidos
y tus olas, sirenas de mi alma.

Hoy revivo tu nombre

entre horas de quieta incertidumbre.
Hablas con ruidos de mareas.

Te quise en mi cuerpo

perdido, fugitivo, mío y solitario.

Surge mi voz de mar entre las otras.

Mar que busca y no encuentra,
mar yo, mar de la melancolía.

Tuerzo una esquina entre nubes

y el calor revive en otras manos
llorando olas por lo que no tengo.

9. DESCUBRIRME.


Voy impregnándome de nostalgias,
de vidas ocultas en tu tierra,
de silencios.
No estoy aún cansada de viajar la calma.

En la vigilia te miro frente a frente

con mis ojos fundidos en los tuyos
y luego camino distraída
por la ruta que dejas al pasar.

Te encuentro

cantando las voces de antaño,
jugando a nacer entre las olas.
Trocando los vacíos en canciones.

Aroma de frescura, belleza salvaje, primitiva.


¿Vas a mojar mi cuerpo con tu savia?

he de tomarte otra vez 
y borrar las ojeras.

Jugaremos al pasado, al olvido, al adiós...

eras árbol triste y somnoliento,
yo era la piedra.

Montaña, caricia de espuma,

soledad de atardeceres.
Me disperso en tu calidez.
Soy mía por primera vez.

10. MENTIRA.


Tengo la voz gastada
y se escapa tu nombre.

No importa tu odio, ya no importa,

mi soledad no requiere de ti.
He empezado a olvidarte esta noche
y también... he empezado a mentir.

11. MAMÁ.


                            HAY MOMENTOS EN QUE NO EXISTE LA PRESENCIA                                       NI LA PALABRA DE AYUDA 
                            Y SE ES NIÑA NUEVAMENTE SE LLAMA A LA MADRE, 
                            AUNQUE SOLO QUEDE EL RECUERDO Y LUEGO EL VACÍO.

Acércate a mi lado, siéntate

y háblame con tu voz que no recuerdo,
con las palabras que esperan mis oídos.

Háblame de las cosas que no tengo,

con la ternura que acumulaste
y que llevas en tus manos aún,
con tus consejos que nunca conocí.

Háblame como si tuvieras que quedarte,

piensa que pronuncie tu nombre,
que te llame,
que me abrigue en tus brazos.

Ven a escucharme llorar y reír,

déjame hundirme en tu mirada
aprehender tu rostro inolvidable.

No me dejes sola, no te alejes,

siéntate a mi lado mientras duermo,
mírame y descubre mis heridas.
No me dejes sola otra vez... que duele.

Duele tu recuerdo mezcla de olvido

y se muere mi piel que es la tuya.
Busca mis besos esta noche y habla,
háblame entre susurros y caricias...
dime lo que piensas de mi vida.

Canta una canción de cuna,

la que te llevaste y he olvidado.
Ven, no me dejes sin ti,
hoy soy niña y ... tengo miedo.

12. NOSOTROS EXTASIADOS.


El infinito somos siempre nosotros extasiados
y los otros nos miran desde el fondo,
desde la órbita de los siglos.

Quiero entrar un momento

en las sombras estrechas y vacías de la gente.
Quisiera que mi casa se cierre
y se queden mirándonos de afuera.

Llenan el espacio de inquietudes y risas.

de huecos, estrépitos de luces.

Nosotros: palabra indecible

que no tiene límites,
que marca su ruta... que nos quema.

No sabemos quienes somos,

de a poco, desconocidos
y perdemos el yo, cuando pertenecemos.

Gente penetra en las alas del mundo que creamos

y nos llueve el fantasma de sus manos.
Pero, solo soy yo, cuando te amo.

13. AMANECER. 


Amanecer de palabras, 
de guiños incrustados a los vidrios. 
Amanecer, que augura mi futuro, 
Que lava mi pasado. 

Me miro desde adentro hacia todos, 
por los ojos de la luna, 
por las bocas y las manos. 

Se doblan miradas en mí misma,
en este orgullo que parece tristeza.

¿Dónde estás tiempo del olvido?
Refugio de los fuertes.
Vengo a hablar de mí, por los otros.
Porque estoy atrapada entre preguntas.

Quiero mi futuro mezcla de pasado 
y no quiero llenarme de amor.
Retomo el camino por mis pasos.
Espero, amanece y… espero.

14. A ESCONDIDAS.

Te pensaré hasta el alba.
Te pensaré en mi noche interminable,
entre todos los ruidos de la calle,
entre los llantos y los suspiros.

Encontraré tu silencio

que habla con mi alma,
tus ojos viejos de amar,
tu voz que roe mis atardeceres,
con las ansias que no nos dijimos
por temor a las palabras.

Quiero quedarme en el recuerdo,

suave y tibio y alguna vez...
escondida de mi misma
... te pensaré hasta el alba...

15. TEMPESTAD.


Camino mirando hacia lo alto
pensando... ensueños.
El mar ruge en el alma
y al cerrar tus ojos: siempre llovía...

Hoy soy feliz... más que entonces...

¿Te quiero aún?
- necesito tu tempestad.
Piénsalo solo un instante...
¿Haces llover todavía?

16. DUELO.


Hoy quiero batirme a duelo,
un duelo de mordiscos,
hasta que todo caiga en pedazos.
Yo, mordería sus labios, su cuello...

A él me abrazaría y mis dedos

perderían la calma.
Luego del tormento,
de risa y gemidos...

Sólo quisiera destrozar la luna.


17. COMO PENELOPE.


Busqué los contornos de mis iras,
las piedras, las montañas,
los palomos espiando en el balcón
y yo mirando el mar desde la cama.
Busqué mañanas soleadas
y la esencia de la novedad.

Y ¿dónde está el candor de los ojos?

¿dónde lo escondes?
sí, bastó solo un sollozo
para borrar tu pureza entre los cantos.

Se perdió...navegó muy adentro la nostalgia

y romperán tus olas los abrazos, 
seguirá mi sombra hurgando el horizonte
y como Penélope no sabrá de fracasos.

18. AGOSTO.

Sedienta de versos y soles me perdí una tarde
persiguiendo las tristezas,
caminando sonrisas hurañas y cansadas,
rasguñando el ceño duro de los que pasaban.

Tropecé con aquellos que soñaban
y conocí mundos de esperanzas,
hasta caer pisoteada por gritos y carreras…
tengo la vida entre las manos, 
el apuro no llena los instantes luminosos.

Estoy perdiendo horizontes
en la magnitud titubeante de unos versos,
pero sigo clavada a la negativa dolorosa
de mil tristezas recogidas al pasar
por los nocturnos senderos
de una vida de Agosto.

19. PRESENCIA. 


Y estás Tú y Tú y siempre Tú 
en todos los rincones de mi vida, en todos los motivos de mi ser. 

Adonde vaya, Señor, Tu te presentas. 

No importa cuantas veces, cuantos días, cuantos silencios...
ahí te quedas, ahí me miras 
y aunque cierre mis ojos, yo te veo y 
aunque enmudezca o grite, Tú te vuelves voces y palabras. 

¡Cómo negar, oh Dios, Tu sabiduría,

tu fuego inextinguible, tu perfección a ras del cielo!

Como el vuelo de un águila;
como lo profundo e insondable del mar.

Déjame cabalgar sobre las olas de mi vida
como un niño en las rodillas de su padre.
Ciñe mi mano y mi cintura
como la madre que dormida siempre ha estado presente.

No soy la nueva ni la vieja criatura... soy
la que hiciste en Ti.
Soy ese fragmento de vida que meces dulcemente,
el hilo brillante de la araña,
soy en Tus manos una gota de eternidad.


Registro de Prop. Intelectual Nº 225-411 del 24 de Enero de 2013.