lunes, 13 de julio de 2020

De "OFICIO COTIDIANO", Antología ideada y realizada por mi querida amiga, escritora y poeta Lidia Mansilla Valenzuela. 
Taller del Libro, Concepción, Mayo de 2020. 
Pintura de Portada: Roberto de la Parra. 
Fotos Interiores: Foto Club Talcahuano. 
Acuarelas: Daniela Muñoz.  
Reg. Propiedad Intelectual: 2020-A-3547
ISBN:978-956-9972-10-2

SACRIFICIO RITUAL. 

Eran casi las ocho de un día sin sol. Si corriera desnuda sobre la arena, no sentiría frío. 
Se presiente la noche tibia como una espectadora más.
Y me hiciste una invitación, sugerente, agradable, deliciosa... me dijiste que prepararías la cena a mi gusto. 
Dudé, tuve muchas cosas en mi mente: no acerca de la comida, en verdad, me pregunté sobre ti. 
Recordé que hace mucho, el mundo estaba hambriento y miserable y los días eran grises, sin alegrías posibles. Había quienes morían viejos y enfermos en sus lujosas camas, mientras otros esperaban su turno de comer.
Pobres, que se acercaban a escuchar los pecados del rico en su lecho de muerte...abundantes y exquisitos platos eran sus pecados...devorados uno a uno con avidez.
Dejé que pasara el tiempo, miraba desde mi rincón ponerse el sol, esperaba una señal sacrificial...
La leña ardía y destacaba tu silueta rojiza. 
Todo estaba listo: platos de frutos frescos, berries y castañas, jugos naturales. Paltas y palmitos armoniosamente dispuestos, pescado crudo y en una bandeja, al centro, apetitosos trozos de filete sazonados con pimienta y salsa blanca. 
Volvía a mi mente el recuerdo de "los comedores de pecado"... no olvidabas nada, depositaste junto a la carne, perfectas papas rellenas. 
El rito continuaba... parecías preparar un culto pagano... yo, de lejos, te veía sonreír.
Con tan solo un gesto llenabas el espacio. 
Levantaste en tu mano una flor y me alargaste un vaso largo con "campari americano" absolutamente deseable. Lo acepté, lo bebí... los recuerdos se agolparon en mi sienes; los ricos, los pecados, la comida... 
Recordé que me hiciste una invitación interesante.
Miré la mesa servida, anulé en éxtasis cada pensamiento y... devoré tus pecados, sin dudar.