domingo, 16 de julio de 2023

De "MURMULLO DE LO TRASCENDENTE"

 


 Libro compilado por Lidia Mansilla V.  
2023






TRASCENDENCIA

  

Hombre:

Estás situado tan lejos de mi alma.
Te vas de mi vida como un insecto,
no quiero sentirte apartado de todo
ni llorar tus lágrimas ardientes de cemento.

No sé por qué permito que me mires
ni por qué deseo volverte la espalda
te estás vistiendo y revistiendo de lodo
y yo me desnudo cada día de engaños.

Deja de formar sonrisas podridas
¿por qué no me convences que eres cierto?
me envuelves de irrealidades,
de ilusiones que no nacieron, se han ido.

Mujer:

Crea en tu cuerpo y tus ojeras
el derecho a nacer puro y nuevo,
El silencio que brota de tus manos
conviértelo en caricias.

Ahoga con tu pecho los horrores
y triza con tus labios los desvíos.
No dejes florecer 
miradas borrosas cerca de ti.

Busca en tu cerebro,
el frescor y tibio aroma.  
No me permitas perderte,
no dejes olvidada la palabra respeto.

                                                                                    Niño:

Amigo mío y de los ciruelos.
Tú eres el único perfecto:
el que siembra y siega con sus ojos,
el que vuelve a vibrar con mi silencio
y me veo en tus gestos...

Todo entero te deslumbras con mis historias
y quisieras beber las palabras.
Yo te admiro. 
Alma prendida en la mirada. 

Te veo brotar en risueños paisajes.
Eres el vuelo de mi frente, 
el lenguaje y la puerta abierta
al alma prisionera.

 

CONSEJOS.

No olviden de pronto, sus alas en el camino, 

no dejen sus risas y sus manos atrás.

Miren lentamente como madura el fruto, 

esperen comprendiendo el estallar del mundo. 


El ojo de la noche alumbra sus caminos 

Cuiden que no se haga tarde o que llueva...

que se agrieten sus vientres y comiencen a bostezar.


A ratos esta ruta se torna misteriosa, 

enigma tan grande el sentir la existencia. 

Todo en el alma se concentra y se vuelve a apartar.

 


ESTÁS EN MÍ.

Un año más que te recuerdo.

Estás presente y siempre distante.

Te unes a mi vida, a mis palabras

están mis sueños enredados en los tuyos.

Me reflejo en tu mirar profundo y tan elocuente

y continúo el camino pese a toda incertidumbre.

Son años de pérdida,

en las historias y las despedidas...

Una lágrima tuya marcando mi alma,

años de anhelar tu rostro mudo e inalcanzable.


Te quedaste en mi niñez.

No puede borrarse tanto amor,

tantas y sabias palabras,

no puede anularse una vida tan fértil.

Y te miro en el espejo cada día, 

escucho tu voz entre las voces del viento

Eres el motor y origen de mis días

y la razón de mis silencios. 


miércoles, 9 de noviembre de 2022

de "MURMULLO DE AGUAS".


 Libro compilado por Lidia Mansilla Valenzuela, 2022 


                                                            ME TRANSFORMO


Con cuánta fuerza se desliza el agua del rio sobre las piedras, con cuánta alegría canta mientras alimenta las hierbas que lo miran crecer y cuánto es el amor de las hierbas por el rio, que las corta, las arrastra cuando se siente fuerte y las deja secar cuando se agota y se vuelve pequeño…

Las piedras del rio se mueven y las hierbecillas se balancean felices al ritmo de su canción, es el otoño, el mar es mi espejo y en el me veo (¿las hierbas alcanzan alguna vez el mar?)

El rio se esfuerza por arrastrar las hierbas protegidas tras las piedras y la brisa no deja que escuchen la voz que dice “quiero”…

Luego me deslizo entre las rocas, broto en manantial, recorro los cerros, me aquieto y desciendo transformada en lagos, ríos, canales; algo nuevo y diferente llena mi ser.

Soy agua del cielo, de nubes, de lluvia. 

Retorno del estanque del deseo y desconozco todo: sin orden, sin tiempos ni recuerdos.

Nace limpia el agua en tus ojos sombríos y una lágrima tuya moja mis mañanas; tan dulce emerger me vuelve fuerte. 

Soy dura destrozando lo que encuentro, con movimientos livianos, desde profundidades desconocidas.

Vengo del océano libre y voy de vuelta en un mar de silencios absolutos. 

Vengo desde lo que palpo y percibo dulcemente. 

Corporalidad acuosa, soy por siempre.




sábado, 8 de octubre de 2022

de "AÚN TENEMOS POESÍA, CIUDADANOS".


 


 Dos poemas y un microcuento, del Libro Colectivo del Centro Cultural Fernando González-Urízar de Concepción. Editado y compilado por el poeta Tulio Mendoza Belio. 

Ediciones Etcétera, Concepción, Chile. Año 2022.  ISBN: 978-956-7821-98-3.


 “REGALOS”



Todo se mueve.
Se mueve a un ritmo apresurado.
Sonidos hermosos, voces interminables.
Trinos de pájaros. Tórtolas entre las ramas.

A lo lejos, se quiebra el verde: desolación, vacío,
imperturbables, los cerros se dibujan…
¿Acaso dejamos de soñar en esas tierras?
Novedad de ocasos ausentes de sonrisas.

Sobrevienen recuerdos tibios bajo los naranjos.
Crecieron ante mis ojos con dulzura ilimitada:
eucaliptus, rosas, aromas y colores,
a manos llenas, por doquier, a cada paso.

El aire, las nubes, la rosada claridad del primer día
y el canto de los grillos sobre mi noche.
Cantos de savia nueva en la copa de los árboles.
Vida, gracias, por tus regalos.


                                                                        CONDENADA


¿Desde qué obscuro tiempo emerges silenciosa y triste, 
con tu mirada que nos llena de preguntas sin respuestas?

Has cubierto tu espalda con un manto de granate y verde 
que cae sobre tus hombros descuidadamente. 
Finas hileras de collares 
dibujan círculos alrededor de tu cuello.

El velo celeste-grisáceo cubre tu cabeza 
y con lazos infinitos abraza tu cuello 
dejando escapar sobre tu blusa blanca y delicada, 
hermosos rizos de infantil cabellera.

Te has vestido de prisa y late agitado tu corazón.
Aprietas tus labios en un mudo gesto de reproche 
y fijas tus ojos claros, transparentes, con indiferencia.

Te duelen los sueños heridos, quebrados, 
te duele la infancia perdida y marcada en tu frente… 

Hay un hilo filoso que atraviesa de lado a lado, 
marca indeleble que te funde con el fondo del cuadro, 
el fondo de la vida, prisionera en la pintura, condenada a no salir jamás. 



   "TIEMPO DECISIVO: TIEMPO FINAL


Terminó de pintar con un hermoso color “sandía” que habían elegido juntos. Todo parecía tan perfecto hasta antes de su partida… sus palabras y risas, retumbaban en la pieza y nada hacía presagiar lo sucedido.

El tiempo es impredecible, da vueltas, se mueve y juega en espiral, se ríe de nosotros y nos confunde aunque creamos conocerlo. Apostamos al equilibrio de la cuerda floja y de pronto… todo, todo muda, todo desaparece del presente que amamos. No hay pasado, no hay presente… solo un futuro incierto y perdido en la noche.

Pero, este instante de incertidumbre, tiene un nombre extraño que me niego a pronunciar, un nombre con letras y números que marca nuestro andar y nos enseña a ser lejanos entre la multitud; la “pandemia”, nos mueve aunque no queramos, cambia nuestro mundo…  

Por eso, ese día-tarde-noche se hizo interminable.

Magdalena caminó despacio haciendo el recorrido completo del lugar, pesando cada hora vivida y recordando lo que fue y lo que no estaba segura de haber hecho bien o mal.

Miraba cada rincón y la pintura húmeda seguía goteando por las esquinas, igual como sus lágrimas, había quedado sola, estaba muy sola consigo misma, en el lugar que escogieron para dos y que hoy, después de aquella partida irreversible, será el último espacio que verán sus ojos.
                 
Quisiera no estar allí, quisiera que no fuera esa, la habitación de su confinamiento final. 



domingo, 7 de noviembre de 2021

De "MURMULLO DE HOJAS"

 Una realización de Lidia Mansilla Valenzuela y Humberto Lagos Schuffeneger. 

Portada: Carola Peñailillo Pérez.

Ilustraciones Interiores: Carlos Galleguillos Rojas.

Impreso por Taller del Libro. Octubre, 2021.

ISBN: 978-956-9972-32-4.

Textos relacionados con los árboles.








MI ARBOL INALCANZABLE

 

Me gustan los árboles. Esos árboles que miro desde lejos, los que imagino ver crecer. Mi vida de ciudad impide que los vea abundantemente como es mi anhelo.

Crecí viéndolos de lejos, desde un cuarto piso en el centro de la ciudad y los conocí luego, en las plazas y parques de juegos infantiles. Me parecieron amigables, cálidos, pero un poco tristes…

Los vi moverse al compás del viento, de la lluvia, del tiempo y sus inclemencias. Pude verlos soportar todo. Y podría pasar las horas y las hojas escribiendo sobre ustedes, mis amigos, las acacias y los aromos de mi niñez, los nogales que contemplaron mi orfandad y abandono. Hablaría del aroma de los eucaliptus y de los paltos que abracé tantas veces y hoy son recuerdos. Me parece sentir sus fragancias esparciéndose en el aire de abril.

Hay árboles que dan significado a nuestras vidas y de los cuales siempre se habla: “árbol del té”, “árbol del pan”, “árbol del bien y del mal”… hoy se aferra a mi sentir uno muy especial: “el árbol de la sabiduría”.

Dicen las escrituras sagradas que podemos encontrarlo y reconocerlo: un gigantesco árbol que crece en sentido contrario a todo lo que en este mundo conocemos. Su frondoso ramaje se extiende y florece hacia la tierra y sus raíces se elevan impetuosamente hasta tocar el cielo.

Es muy fácil de entender su existencia, si (como yo he intentado) nos sentamos alguna vez al lado de un árbol cuya imagen se refleje en las quietas aguas de un lago.

Así es lo eterno y lo puro. Lo inmortal. Es la unión entre el mundo espiritual y material. Sus ramas se alimentan de la naturaleza material y nadie puede entender dónde termina, dónde comienza, ni dónde está su base. ¿Cómo puedo entenderlo? y ¿cómo olvidarlo?

La sabiduría llega muy tarde y a veces nunca llega, esconde las ramas, enredando sus raíces.

Con el paso lento y cansado del tiempo, he ido comprendiendo algunas cosas, en verdad muy pocas… y esos árboles se elevan hacia el cielo ante mi mirada esperanzada y una y otra vez intento desenterrarme como sus ramas, sin querer, de lo efímero y superfluo y extender mis raíces quebradizas a lo imperecedero.

Sueño despertar una mañana abrazada fuertemente a ese árbol y quedar suspendida en el reflejo del lago, cercana al cielo. 

 



                                              El excelente texto de mi hija Viviana Sandoval Urzúa. 

EL ARRAYÁN

                                                                                   Inspirado en los incendios que año a año ocurren en lugares como los cerros de Valparaíso.

 

Mi casa es pequeña, frágil, “material liviano” dicen los que saben.

Liviano para que lo carguen los brazos de mi padre, que poco a poco levantó sus paredes.

No es muy bonita, pero sostiene mis lindos y cálidos sueños.

Mi casa no tiene antejardín, pero mi patio trasero es el bosque. Un bosque que sube por los cerros, donde día a día el viento lleva los rumores de las hojas y los silbidos de los pájaros.

Mi bosque tiene muchos árboles, muchos iguales, muchos distintos, pero yo tengo uno. Es mío.

Mi árbol es alto, pero no tan alto, tiene hartas hojas, pero tampoco tantas, a veces con la luz, me parece que brillan y es como que me guiñaran en un saludo. Por eso es mío.

Sé que es mío porque su tronco es suave cuando lo acaricio, se ha puesto medio anaranjado, como mi color favorito. Por eso es mío.

Es mío porque en verano me regala unas florecitas que perfuman mi pieza y sobre todo es mío porque lo quiero. Lo miro, me pierdo entre sus ramas a pensar. Mi mamá dice que es un Arrayán, pero yo le digo “ayayán”, porque antes no me salía la r y como es mío, yo lo nombré.

Mi ayayán me cubre de los vientos calurosos del verano. Esta semana ha habido tantos, que cuesta escaparse.

Estaba entre sus ramas toda la tarde jugando al invisible y vi varios bototos y unas voces fuertes pasar brusco, de acá para allá.

Mi árbol me oculta, me guarda seguro. Es mi guarida. Mi mundo paralelo.

Se hace tarde pero el calor aumenta.

Mi madre me llama con voz urgente, no sé por qué todos corren y buscan sus cosas.

El viento y el calor se mezclaron, se encendieron. Todo está en peligro.

- ¡Toma tus cosas, lo que puedas, lo más importante! -

Todos buscan que llevarse y mi árbol está ahí esperándome.

Me mira silente y sus ramas se ven más rojas cada vez.

No puedo llevarte, no quiero dejarte.

Mi patio, mi bosque, mi árbol...






sábado, 7 de agosto de 2021

EL SECRETO



SELECCIONADO Y PUBLICADO EN BIO BIO EN 100 PALABRAS 

Julio, 2021


"EL SECRETO" 

La voz cálida, suave, se volvió hiriente. Si hubiera sabido, no habría golpeado la puerta.

Entró confiadamente. Se disponía a descansar, pero lo vio levantar su mano resbalosa que recorría una y otra vez su cuerpo… la niña lloraba, suplicaba…

Quiso detenerlo, pero no pudo. No quería verlo. Ya no quería ser grande, no de esa manera…

Dejó de llorar. Abrió sus ojos al sentir la mano bajando por su espalda y resignada, dejó caer las últimas lágrimas.

Frente a ella, un espejo reflejaba en su rostro, el verdadero paisaje nocturno de la ciudad de Concepción. 

De "MURMULLO DE ALAS"

Una realización de Lidia Mansilla Valenzuela y Humberto Lagos Schuffeneger. 

Portada: Carola Peñailillo Pérez.

Fotografías Interiores: Foto Club Talcahuano.

Impreso por Taller del Libro. Junio, 2021.

ISBN: 978-956-9972-26-3.

Textos relacionados con las aves.





MENSAJERO DIVINO: EL COLIBRI

 

Hay tantos, tan bellos y tan enormes

alcanzando la cima de los montes

o tan pequeños, ínfimos, diminutos

casi no se ven.


Se parecen a nosotros:

de formas y colores diversos

con más o menos plumaje

y sin embargo, los miramos displicentes.


Despliegan sus alas y vuelan.


Nosotros,

alargamos nuestros brazos

y creemos alcanzarlo todo.

Silban y cantan, se desplazan comunicándose.


Escapan de los peligros, de los otros,

de casi todo.

¡Les decimos frágiles por eso!

Aves rapaces, exóticas, zancudas,

las que vuelan y las que no.


Y en medio de tantos estás tú…


Colibrí aventurero

sobrevuelas tus colores.

Mensajero de lo divino,

transformas lo gris, produces el milagro.

Chocas tus alas en tierra y te alzas, tocando el cielo.


Te mueves en tu mundo y

vas y vuelves en tu baile sin tiempo.

Te elijo a ti en mi universo.


Y de mi hija Viviana Sandoval Urzúa el texto siguiente incluido en el mismo libro compilado:


EL JILGUERITO

 

El jilguerito volaba, como todos. Cantaba como todos… soñaba…

Sentía el viento entre sus alas y pensaba que podía llegar donde quisiera.

Era un ave aventurera, vio muchos cielos, vio muchas nubes.

Vio una noche unos ojos felinos y falló su instinto. 

El jilguerito cerró sus alas y bajó al suelo. Que pequeño se veía al lado de este callejero.

Pero estaba prendado, quería intentarlo.

El gato sintió curiosidad, simpatía por sus patitas cortas y sus pequeños ojos.

Pero la curiosidad no ama, solo juega.

El jilguero sentía la emoción de estar entre sus garras - pero ¡no eres una bola de lana, pajarito! - 

Sus alas perdían plumas, pero este deslumbrado pajarito no podía más que ver esos intrigantes ojos.

El gato se iba y el jilguero esperaba… en el suelo.

Entre el polvo y las patas del gato, olvidó el color del cielo.

Su nido quedó vacío, su bandada lo extrañaba, pero el jilguerito se quedaba.

El jilguero ya no cantaba porque “si no maúllas, te callas”, le decía el gato mientras paseaba indiferente.

Como pajarito, a veces intentaba volar, pero el gato saltaba rapaz. ¿Sería un juego para él?

El jilguero, de tanto en tanto, intentaba nuevamente volar, pero sus alas cada día pesaban más.

Cansado corría con sus patitas tras las patas del gato. El gato no espera, no mira hacia atrás, solo camina insolente. 

Podrías volar jilguerito pero para eso te tendrías que apartar...

El gato maúlla exigiendo lo que quiere, cada vez que quiere. Ronronea cuando se quiere acercar y tú, pajarito, solo debes callar. Y permanecer siempre. 

¿Qué es un jilguero sin entonar sus cantos entre la pradera? ¿Aún eres un jilguero?


DE "ANOTACIONES EN EL TIEMPO. MUJERES DEL BIO BIO"

Otra publicación de Lidia Mansilla Valenzuela. 

Marzo de 2021. En Hualpén en plena cuarentena por el Covid19.


                                                    

                                                                     



RE – NACER

 

Una Vida:

Si hay algo que no merece duda es que el tiempo va pasando…

El tiempo pasa por nosotros y a nuestro lado, implacable e inevitablemente

y antes que avance… lo veo.

Y no sé si es así para todos pero,

recuerdo tiempos valorando sonrisas,

tiempos de lluvia, aromas y una mano cariñosa.

 

Busco mi esencia, simplemente,

replegada en mí misma, no conozco otro modo.

A menudo,

vuelvo sobre los sueños y el dolor que involucra existir.

He comenzado a esperar que mis pasos, no dejen huellas ajenas.

 

El final y las horas,

golpean sin cesar las puertas cerradas a la luz;

hay un cielo interminable de sonidos agudos

y la vida sigue a pesar de los muros;

toda la noche inmensa, inolvidable, expectante…

 

Búsqueda de vida entre los velos grises de tardes olvidadas,

de mañanas que naufragan en aguas más profundas que la eternidad.

Un murmullo lejano hermoso a mi oído,

agranda mi cabeza, vuelve, vuela y se comprime…

como el rumor del mar arrastrado por el viento. 

 

Pierdo la luz de mis pupilas entumecidas,

la viveza de mis pasos,

los anhelos de mi corazón abierto a una esperanza.

 

Resiliencia:

Fuerza, valor, ilusión de cada día, a cada paso…

Donde termina y empieza mi silencio y sus raíces,

el final de mi ocaso y mis tensiones, donde se sujeta esta presión.

¿Hasta cuándo el temblor en mis manos?

No aceleren más mi pulso con la duda, con la desesperanza.

¡No me defrauden!

 

Nueva vida:

Tiene un sabor diferente, otro día en los labios…mañana. 

Tengo un mundo alrededor que no es mi mundo,

llevo tiempo ensayando el morir y el nacer.

 

Vuelve el deseo a hacerse vida en mí,

vuelve la vida en tornarse palabras... y de nuevo me miro

y no hay nada, solo vacío en mis manos cansadas,

otra vez el recuerdo que vuelve, que duele, que llena y ya no está.

 

Y vuelvo a sumergirme en mi verano de luces multicolores,

en mi verdad irrealizada, en el estupor de la niebla en la ventana.

La luna esparce un polvo rosado sobre la ciudad toda y tus ojos se tornan amarillos

(locura de imaginarte en el mundo aunque no estás).

 

Si me encuentran en la calle o entre las sombras, deténganme.



MÍSTICA MÍA

 

Tiene un sabor diferente caminar por las calles

y cantar frente al vacío.

Entre la luz y las risas… mirando sobre lo alto,

busco sombras o guías…

 

Búsqueda de Dios,

de lo inefable, lo imposible, lo etéreo.

No importa por qué, ni cuándo, ni cómo…

surge siempre otro día en los labios de la nada.

 

Otro día, otro sueño que mueve lo imposible.

Ensayo en mi mente el estado perfecto,

la irrealidad de todo.

Luego, soy lo que no es y vuelvo a creer.

 

Éxtasis único, pleno y misterioso

de nacer y perderse en el encuentro infinito,

como si fuera mi sino,

soñando la vida y viviendo un sueño.

 

Entro en nebulosa gris, conciencia eterna

nadie explica el motivo de mi permanencia

espero y espero y espero la unión sinfín,

me arrebata la gracia, me devuelve nueva.

 

 


viernes, 25 de diciembre de 2020

DOBLE LUNA AZUL



DOBLE LUNA AZUL
                                                     Poesía bajo el envolvente influjo lunar


Primera edición Concepción noviembre 2020.
Ilustración portada: Andrea Concha Báez.
Ilustraciones interiores: Andrea Concha Báez.
Edición Taller del Libro.
ISBN: 978-956-9972-16-4


PRÓLOGO

Existen quienes dudan. ¡Pues, yo si lo creo! ...
El sol nunca se esconde, quizás desaparece del cielo, porque va a buscar a la luna. Él siempre nace y renace, como todas las cosas que toca. ¡Cierra tus ojos y búscalo ahora con tu corazón!

Hablar de los astros, es pararse desde el universo y observar las cosas en perspectiva. Es una invitación a despojarnos de la cotidianidad y encumbrarnos hasta las estrellas. Es conversar, desde lo abstracto, tan necesario siempre. Es escuchar la sintonía del viento. Es contemplar aquellas cosas invisibles. Es emocionar a un ser amado con la “Doble Luna Azul”, que misteriosa y encumbrada, alumbra los pensamientos, proponiendo desde la imaginación otros mundos posibles, que son solo visibles, cuando la sensibilidad de una pluma, nos toma del alma y nos lleva a descubrir el cielo nocturno, donde acontecen danzas de luces, mientras tanto en la tierra, fogatas y serenatas, parpadean nostálgicas.

Y en la noche, se pinta el mejor cuadro, ese que estremece sin pintura. Así como el silencio en la oscuridad de la montaña, nos deja como una minúscula existencia, también nos devuelve la contemplación. Nos abre los sentidos, esos que conectan con las ideas. Con la música, el arte y la cultura. Mirar la luna, es posiblemente volver al inicio de la vida y con ella, a nuestras raíces. 

Comprender los sentimientos y emociones, es hoy un desafío. Poner en valor a todas las cosmovisiones, es una tarea urgente. Por eso esta noche, anda a tu patio a caminar, levanta tu cabeza, cierra tus ojos, siente el silencio y disfruta como ella, la luna, te murmura al oído, uno que otro poema y unas cuantas cosas más.

Francisco Vidal Suil
Escritor y publicista
Licenciado en comunicación social
Magíster en comunicación estratégica


INTRODUCCIÓN

Cuatro poemarios que, interrelacionados, se nutren de la noche, la luna y sus influencias innegables en la vida. Fluctúan y se encuentran en la relación cotidiana con el entorno, el ir y venir de la vida, a semejanza de la marea influenciada por los rostros de la luna.

La luna y su frecuencia impactan nuestra mente, afectando el control de nuestras emociones, pensamientos y acciones. Frecuencia mágica que emanada de la luna nos “controla”. Nuestra amada luna (con la que han soñado tanto los poetas), llena de deseos el pensamiento y el movimiento se vuelve real. Conexión mente-cuerpo es el resultado, inevitables giros como caminos en el mar, plasma en nosotros: puentes y canales, aguas en calma y olas de tempestad.

La luna expresa, en el plano espiritual, los abismos del infinito. En el plano intelectual, representa las trabas que nos envuelven y nos somete al dominio de los instintos. Y en el plano físico, las decepciones y los enigmas que a escondidas nos acechan. Nunca nos enseñaron que somos parte del universo… morir y renacer. Somos los mismos y somos otros. Somos vida y muerte, luna y tierra.

La luna azul se define al fenómeno en que los rayos de luz de la luna al pasar por las nubes con cenizas, adquieren un tono azulado. Cuando dos lunas llenas se producen en el mismo mes calendario, de forma muy poética se llama a la segunda, la luna azul.

“Doble luna azul”, no es un nombre escogido, es el nombre misterioso y mágico que nos escogió, reiterando mareas y niveles diversos y ocultos, hermoseándose en la nebulosa del azul. Una invitación a contemplarnos, maravillarnos en el cielo nocturno y permitir que el espejo de la luna nos devuelva la imagen de nuestra alma.




LUNA NUEVA
– SUEÑOS OBSCUROS –

Se observa en la tarde y al principio de la noche.
Primera semana del ciclo lunar. Nos mueve una inclinación fraterna. Sensibilidad a flor de piel y somos más emotivos. Mucha energía, concentración menor. Despierta la mente y el aprendizaje.
Es sabido que la luna nueva es ideal para lo novedoso: iniciar nuevos proyectos, sembrar, realizar cambios y decisiones de crecimiento.


1.
Este día tan iluminado y obscuro,
escenario de esta soledad tan acompañada.
Tan atiborrada de personas,
de cuerpos que me rodean,
de ojos que me miran
y tanto pesan sus miradas.

Este cuerpo tan iluminado y obscuro,
equipado con tantas coartadas
deshechas por sus incansables pasos,
asediado sin remedio, falla.

Esta alegría que se cansa.
Tan entristecida de tantas andanzas,
de recuerdos y melancolías,
de esperanzas rotas y calladas.

Este conjunto de negativas que me dicen “sí”
y afirmaciones que niegan las palabras.
Un respiro que ahoga mis pulmones
y asfixia las esperanzas.


2.
Parémonos frente al abismo.
Te invito:
mira el vacío.
Siente el vértigo de estar en el límite.
¿Aún quieres dar un paso más?
Ve la caída, calcula los riesgos.
¿Aún quieres avanzar?

El aire es más frío en la orilla,
te empuja, lo sé.
Pero, ¿quieres un paso más?...

No tomes mi mano.
Es personal.
-No saltaremos juntos-
estamos aún a distancia del abismo
¿aún quieres avanzar?

Cierra tus ojos,
puedo ver el precipicio
y voy a continuar.
La orilla se desprende poco a poco,
caen las piedras sin peso, sin reparo.

Mira mi cuerpo, 
miro mi deseo 
y sigo un paso más.

Tal vez no reviente mi futuro contra el suelo,
tal vez, solo resbale en la orilla.
No hables, no mientas
¡Suelta mi mano! 
No caeremos juntos. 
Es personal.

No es por ti,
lo pide la noche.
Solo quiero el vértigo
que atora mi garganta
acallando un grito.

El viento me lleva.
No tomes mi mano.
¿Quieres saltar?
Deseas mi salto, lo sé
pero, no tomes mi mano,
es personal.


3.
Salta en mi cabeza 
mientras veo pasar la noche. 
Mientras sentada espero…tranquila. 
¡Tiembla! tierra mía.
 
Golpea ahora feroz mis mejillas 
agita mi cuerpo con tus brazos -fuertes- 
mientras reposa mi mirada, indiferencia.
 - ¿Tienes una sorpresa? 

¡Sorpréndeme entonces! 
Agita mi corazón y tómalo entre tus manos, 
desaparece mi letargo y atrapa mi mirada. 

¡Ahora! Estremece mis sentidos. 
¡Ahora! Preséntate, sorpresa. 
Y destiérrala de mi mirada. - indiferencia…-


4.
Luego de rechazar tantas veces
la amargura de la verdad,
esa verdad que mi mente no concibe,
esa verdad que mi memoria no acata.
Esa amarga verdad…

Luego de disfrutar
la dulzura de mis mentiras.
El sabor que agrada a mis sentidos,
que satisface mi historia,
que revela mi inconformidad.

Mi terca ceguera
mi día en penumbra,
mi egocéntrica vida…

Esa dulzura que ha derramado tantas lágrimas,
fría dulzura en que los envuelvo.
Aprisionante dulzura.
Ahora yo,
envuelta en una antítesis de sabores.

Los sinsabores de mi vida,
los sinsabores de mis erróneas decisiones. Camino hacia atrás y lo veo.
Simulo mi avance, mientras mis pies
retroceden por un camino estrecho.

Ahora descanso. 
Abandono. 
Espero. 
Espero la muerte en mi sofá. 
Mi trono de orgullo 
me eleva y aleja 
y espero…

Sin fuerzas, mi lucha aparenta 
pero no existe. 
Y el deleite de esa dulzura se transforma en hiel, 
mi boca seca, ya no sabe decir te amo 
y mis pies no pueden volver a mi lecho.

Espero para bien o para mal
la muerte… 
mi única verdad…


5.
El grito que se ahoga en el pecho
se guarda para más tarde.
Cuando el silencio haya muerto,
Cuando el ruido y el gentío
lo hagan pasar desapercibido.

El grito que parece estallar en el pecho
se vuelve mudo
y el silencio envuelve como nube.
Sublime…

Silencio que no dice nada.
Silencio que hace comprender todo
y el grito desaparece…

Poco a poco su enormidad disminuye,
poco a poco se esfuma.
Poco a poco la furia de su ruido
se opaca con la infinidad de ese silencio.

¿Querías gritar?
Grita ahora que todo está en calma,
grita ahora que todos sabrán de tu grito.

Las cabezas se voltearán a ver quién grita.
Verás sus rostros, verás su juicio
evaluarán la verdad de tu grito.

¿Querías gritar?
Grita ahora que te escuchan.

¿O ahora prefieres el silencio?
Repentinamente quieres conservarlo,
su enormidad disminuye
y ya no presiona tu pecho.


6.
Enciende mi orgullo 
y golpea mi rostro. 
Que tus palabras se azoten contra mi corazón 
y provoquen las mías.

- Que tengan un duelo: 
veloces y rapaces. 
Que griten, que salten, 
que destruyan…

Haz llover en mi tierra seca 
y siembra un fruto triste, 
un árbol negro.

Desata nuestros lazos y dejémonos caer. 
Enluta tus bellos ojos 
y yo ahogaré mi sonrisa.

- ¿! Y por qué duele!?

Intenta quitar de mis oídos tus palabras, 
intentaré sacar de tu corazón las mías… 
incluso las que no dije, 
las que pintaste en mi boca.

¿Podré desarraigar con un “te amo” 
las que no nacieron? 
¿Podrá una caricia borrar la veleidosa memoria 
y mi abrazo abrigar el frío de un reproche?


7.
Vuela sobre mi cabeza, 
cual cuervo acechando mi alma. 
Abre tus garras 
para desgarrar mi pecho cuando caiga.

Respiro y agonizo 
colgada de una sonrisa. 
Apoyada en la esperanza, 
aferrándola a mi alma.

Haz tu danza 
y abre tus alas sobre mí.
Ave negra, ¡danza!

Revolotea sobre mí, moribunda, 
mientras intento recuperar mi mirada, 
mientras batallan mi desazón y mi calma,
entona tu cruel tonada.

Para destacar mis rodillas dobladas, 
mi espalda cansada 
y esta lucha entre mí y yo que no acaba…


8.
A veces es tan difícil 
arrastrar mi cuerpo por la acera 
y lograr llevarlo a su destino.

A veces, pesa tanto mi mirada 
que cerrar los ojos no funciona… 
no se calma.

A ratos grita tanto mi garganta 
que se anudan mis cuerdas en ella 
sin que mis oídos atrapen el llamado.

Hay días en que mis manos, 
tan secas, 
no logran sostener mis principios.

Hay tiempos que no me veo, 
e invisible deambulo, 
arrastrando este cuerpo descompuesto… 
para llegar a encontrar la luz de tus ojos 
que me incorpora…


9.
Atrapada en el hastío de los días iguales.
Días sin memorias, sin recuerdos… 
porque no existen momentos. 
Días despojados de sonrisas y carcajadas 
atados al otoño perpetuo y mudo. 

Buscando la esquina en este círculo vicioso, 
el rincón donde construir mi telaraña 
para atrapar tu alegría y filtrar tus lágrimas, 
para cantar la historia que esperé de niña. 
La historia que no quiere construirse
y mezquina se me escapa.

Atrapada en el mareo de girar tanto, 
de saltar para no alcanzar a pasar la muralla, 
de chocar contra el muro que intenté pintar de colores 
y que sus manos han arañado hasta quebrar sus dedos 
arrancando mis destellos para volverlos grises.

Cansada de ese suspiro de cansancio sin salida 
que no sirve de nada respirar más hondo, 
que no sirven de nada los oídos sordos 
que no logran nada los refugios prestados…


10.
Y aquí estoy otra vez… 
otra vez mirando mis manos, 
vacías…

Aquí otra vez en mis silencios
 me gritan mis palabras 
me golpean mis razones, 
me asfixian mis absurdas confianzas.


11.
Teje tu tela con palabras cautivantes
y envuelve su corazón junto a su vista,
ciega sus sentidos con un beso
y la promesa de volverla a un sueño.

Teje cual araña su red
y devora en tus manos su corazón - aún tibio-.
Destrózalo una vez más
con detalles sutiles
que no cubriste con tus dedos.

Canta dulcemente la melodía que desata el llanto
y con rostro impávido lava tus manos
con esa descarada “inocencia,”
con esa embustera veracidad.

Llévala a caminar
por donde siempre la has llevado.
Ese camino de abrojos a pies descalzos,
ese camino nevado a cuerpo desnudo…

Ahora vete…
vete mientras sus pies desangran.

Ahora vete…
mientras su rostro se empapa
ahora toma otra…
y comienza una nueva telaraña…





CUARTO CRECIENTE
– ENIGMA TRANSITORIO –

Entre el atardecer y el amanecer.
Es la segunda semana, vamos al yo, todo se somatiza, aumenta la energía y la concentración. Se desarrolla la creatividad, a solas, aprovechando los cambios de ánimo.
Es el tiempo de sentirse en plenitud, pero tomando los resguardos que lleva al trabajo, la reflexión y la superación individual. No dejarse caer.


                                                
1.
Pienso, cuando llegaste, 
ahuyentando los besos. 
Inerte, 
entre las luces de mis manos.

Borras ruidos nocturnos, 
rompes el mundo con abrazos. 
Asciendes, 
evaporas el encuentro.

Quiebran voces con tu savia, 
sin temor, te encuentras escondido 
jugando, 
entre el alma de las palabras.

No vienes. Vuelves a subir, 
rozas sótanos inundados de piel. 
Juegas otra vez el juego de mi mente 
y eres fugitivo en los murmullos.

No esperes el abismo de la duda. 
Emergeremos, 
juntos, cada tarde 
de la risa del tiempo.


2. 
El humo cubre mis ojos hambrientos de luna, 
resbala la piel de la calma. 
Todo se esparce sobre los brazos de la tarde. 
El sabor de las risas cae en mi oculta avidez.

Destrozando caricias viejas, 
me alejo de mi cuerpo a otro espacio. 
Laberintos eternos, enigmas esperados, 
me diluyo en respuestas.

Movimientos pausados, 
inagotables... 
ansias, espuma, humareda. 
Todo es una palabra.


3.
La noche, amiga de otras eras, 
de sueños esquivos, traicioneros. 
La noche que protegía mi búsqueda, 
llena de luciérnagas la tristeza.

La noche que fue mía, me hizo suya; 
se cierra en mi piel.
Me dio el resplandor de las acacias. 
Se vuelca sobre mí.

El silencio de enigmas, 
se perdió colgado de un guiño.
Silencio rojo, silencio nuevo
que invade todo.

Soledad de infinitos,
inmersa en la noche del tiempo. 
Giro los pasos en vacío, 
y aplasto la semilla de los besos.

Se yergue este instinto, 
fiebre de rincones, aromos y llovizna.
La razón tensa los sentidos,  
ya no somos sino lo que antes fuimos.


4.
Me encuentro aquí, frente a frente, 
viendo el verdadero rostro de mi alma. 
Descubro su corteza de muda indiferencia; 
me observo…

¿Cuántas veces? 
Era la última sonrisa del mañana, 
inconsciencia, 
sombras diluidas.

Cargar el sol como propio, 
retener su luz entre los ojos 
y nunca, 
convertirme en uno.

Comienza a despertar por fin el día, 
cientos de ojos se dilatan; 
hablo de los silencios, 
de cantos antiguos, olvidados.

Converso lágrimas quemantes, 
saladas y tibias, besos de mar. 
Me encuentro aquí, frente a frente
y me observo...


5.
Camino despacio y te miro 
por primera vez, pero por siempre. 
Observo tus olas 
romperse ante mis pies.

Te descubro, mi amigo, 
en la profundidad desconocida 
que devuelve mi mirada.

Cierro mis ojos, me atemorizas 
pero, luego te siento, 
dulcemente me dejo mover.

Queda plasmado este recuerdo 
en el silencio.

Vuelves a mí cada día, 
como entonces, 
fundido en mi piel.

6.
Mi cabeza se confunde 
entre el océano que cae sobre mi piel.

Mar, mar, mar... mar, 
que me sale hasta por la boca y vuelve a mojarme 
como esta lluvia tonta que ya no se acerca... 
me hace señas a través del cristal 
desde el otro lado de la calle.

Despliega en ondas su silente figura, 
agitado y voraz, 
alza el vuelo con nuevo atuendo.

Encuéntrame en el embrujo 
bórdame junto al mar, 
despiértame de tus ojos amarillos.

7.
Siempre habla sin sentido, 
desvía ansias y palabras.

Asoma ojos en la noche. 
Ondula viento sobre las hojas.

Asombra mi rostro, 
sin preguntas.

Siempre habla, 
la luna llena 
cierra los espacios.

Presiente voces desconocidas.


8.
Vacíos navegan por esas manos. 
Espera, 
llena del universo 
que se vuelca en el cuerpo.

Tibiezas y luz, 
contesta el llamado 
con cantos de verano viejo.


9.
Se esparce tu alma de cantor nocturno 
y penetras mi piel que supo ya de aromas;
indiferente, canta tu obscuridad de grillo.

Soy niebla pasajera, callo los días muertos 
floreciendo de sombras 
en el arrullo sabio de tus dedos.

Has sido obscuridad completa, 
cosechador de ilusiones moradas y marchitas; 
sueño infernal, iniciador de silencios, 
murciélago asesino, esclavo del atardecer.

Te pierdes por mi cuello con brazos pegajosos. 
Sigue tu nombre caminando mi cuerpo, 
resbala por mis dedos, fatigado. 
Se cayó tu nombre hasta mi boca y lo bebí…

Te he pensado un zángano más de la colmena. 
Eres la maldición que ha surcado mi espalda. 
Pero, te quiero águila y palomo perdido. 
Corres sobre el abismo, 
doblas esquinas en vértigo, 
como el silencio, te vengo a abrazar.


10.
La noche, 
cerro de luciérnagas 
desparramando luz sobre mi pelo. 
Me convierte el aire fresco.

Vida apresurada, inexistente, perversa, 
se muda en infinita niebla, 
leyenda inmortal 
que surca el único presente.


11.
Soy un sorbo de nieve en tus labios escarchados, 
una voz, un destello, el roce del sol.

Soy además el vacío, el espacio, 
la sombra de una estrella.


12.
La doble luna se pinta en el cielo, 
es tarde ya. 
Se siente esplendorosa 
sobre la cara sucia de la noche.

Lluvia de brillo de luna. 
Doble luna azul.


13.
Espejismo. 
Quiero hundir la mano en la poza
donde la estrella se ve.
Mi vida es una leyenda.
No quiero ser la sombra de la luna ¡soy inmortal! 
Me enredé entre sus brazos y su sonrisa maldita...

¿Cómo permití llenar de olor a muerte mi vida?


14.
El crepúsculo de esta tarde 
se pierde en tus ojos plenos de bruma 
llevando murmullos olvidados. 
Sola ante el abismo interrogante y mudo 
sigo esperando tu voz.

Sola... la tierra avanza y no me muevo. 
El infinito espacio en desafío. 
Sola y anhelante, 
en la esquina que siempre se burla.

Tu gélido mirar, hoy tranquilo, duerme.


15.
Mañana los caminos estarán vacíos... 
nuestros recuerdos no alcanzan a llenarlos.

Mis manos en la noche rodarán entre piedras 
tratando de estrechar fuertemente las tuyas. 
Mi alma anhelante y mi cuerpo dolorido 
buscarán el consuelo en el olvido o la muerte.

¿Mi refugio será la locura? 
No te detengas, amor, márchate ahora, 
tienes que irte rápido... 
antes que me arrepienta...


16.
Todo se llena de ti.
Mis ojos olvidan todas las cosas. 
Me gusta sentirte cerca... me gusta. 
Mas, que poco me diste esa noche: 
¡no puede ser que no puedas dar más!
Hoy quiero llenar con tu aroma mi cuerpo. 
¿Tienes sensaciones nuevas para regalar?


17.
¿Por qué acaba todo repentinamente? 
Nada perdura y se conmueve, todo se retira. 
¡Cuántas ocasiones van quedando atrás!

Es tarde para casi todo. 
Se mueve el camino andado, 
hojas que caen, calendario movible y 
frágil fin de verano.

Tiempo que resta las sumas de los días. 
Es tarde para otras cosas, 
es tarde para otra vez...


LUNA LLENA
– NOCTURNO –

Desde la madrugada hasta entrada la mañana.
La semana tercera, es una semana llena de distracción y vemos la naturaleza, la vida por todas partes. Nos miramos en otros.
Priman las experiencias, nuevas y pasadas, experiencias de placer y también sus resultados. Podemos disfrutar lo que hemos hecho, lo conseguido. Es la reacción o recompensa.



1.
Cuento eterno, cuento nuevo,
sorpresiva risa
que nace en mi corazón,
para saltar por mi boca al mundo.

Fabulosa historia de amor
que me transforma en protagonista…

Mágicamente restauras lo quebrado
e ilógicamente vuelo
e incomprensiblemente sueño
e inevitablemente… amo…


2.
La piel descansa sobre la orilla.
Sus rincones disfrutan del viento,
de la calidez del aire
del destello de la luz de luna entre las olas.
La ínfima serenidad que reposa junto a ella.

Suspira.
Respira.
Suspira.

Mil veces suspira su boca
y espera…
ojos cerrados
sentidos abiertos
y una boca sedienta de un beso.

Disfruta lo suave, lo sutil
lo oculto, lo descifrable.
La obviedad no sirve.

Aprende a leer
versos y miradas,
aprende a leer pasos que van a tu lado
y las letras que dibujan para ti.

La comprensible vida,
la obvia vida, la reiterativa vida.
Lugares comunes, hechos comunes,
reacciones comunes.

Y no leen la vida…
sorpresa.
¡Y de que se sorprenden!

Sorprende una piedra al de ojos cerrados.
Sorprende el mundo a un niño.
¿Y cuál es tu sorpresa?

Suspira.
Respira.
Espera.
Ojos cerrados.
Sentidos abiertos
sin sorpresa…


3.
…¿Y ahora qué?... 
Consecuencia
mi recompensa.

El merecido premio a ese desdén insoportable,
a esa agonía entre risas,
a esa vanidad incontrolable,
a esa ligereza con que el viento me lleva.

Y ese tiempo que me encanta entre sombras
consecuencia en negro,
consecuencia de mi secreto a voces, 
de la canción que me gusta bailar 
y del egoísmo ínfimo que permito me abrace.

Golpe bajo. 
¿Puedo objetar? 
o reír... tal cual.
¿Pueden brillar mis ojos aún?

¿Y ahora qué?...
Consecuencia.


4.
Naces un nuevo día
y quiero regalarte algo…
Regalarte mis palabras sinceras
y que susurren te amo,
regalarte mis silencios mientras contemplo tus ojos,
regalarte mis letras
y que logren decirte algo.

Hoy quiero regalarte aquello que pierdes a veces,
Entre cansancio y tareas
regalarte una sonrisa eterna…
y el tiempo atado a una correa.

Hoy quiero que cierres los ojos y pongas las manos
como dicen los niños,
como tú, niño…
besar tu alma y abrazar tus labios
y en tus manos ansiosas, mi pecho.

Hoy quiero regalarte algo…


5. 
Hoy llovió con tormenta desde mis ojos. 
Sopló el viento con ruido de llanto 
y lo enmudeció la palabra amiga. 
Pensé que habitaba un desierto 
y descubrí gente en él. 

El terror de viajar con maletas vacías, 
de recordar el robo de mis sueños 
y saber imposible el reencontrarlos.
Hoy busco constructor de sueños, 
inventor de esperanzas...

Los miro… 
a veces, sé que me ven que los miro; 
a veces, sé que no saben de mis ojos.

Los quiero... 
a veces, sé que saben que los quiero; 
a veces, sé que no saben de mi corazón.

Hoy llovió un torrente de mis ojos. 
Se sintió el frío de la omisión, 
el cielo calmó su llanto 
y la tierra se regó. 
Todo es necesario...


6.
..
...
punto 
dos puntos
puntos suspensivos...

Vivir, 
vivir, caminar, correr, 
correr, caer, llorar 
llorar, reír, llorar 
llorar, amar, sollozar, 
¿y qué?...

Ver, inundar tus ojos y volver a ver 
- y ¿qué ves?- 
Abrir los brazos, a un abrazo
mil abrazos, tantos puñales y 
caer, seguir cayendo y caer…

Busca un final 
sumergirse, seguir cayendo
 busca una cueva, 
sigues... 
- y ¿que ves?

El viento y el agua 
el viento y el agua.

El viento... 
La caricia soñada y nada. 
Soñaste. Solo soñaste. 
¿Quién acaricia tu cara?

Tu cara, tu pecho, tu vientre... 
Tu cuerpo, 
sin manos te acaricia, 
sin brazos te abraza...

Cierra tus ojos, 
te envuelve, 
respiras, 
te llena.

Dice tu nombre 
caricias, abrazos, sueños…
 - y ¿quién no ha querido volar? 
- y ¿quién no ha intentado volar?

Abre tus brazos... 
Déjate caer.

Punto 
... 
..
.


7. 
Te miro y me pierdo, 
no encuentro el tiempo...
 mi tiempo. 

Saber si estás, si estamos...
 y ¿en qué momento? 
Acaso hemos vuelto...? 
Retroceder...

¿Acaso, soñamos años
y despertamos para encontrarnos?
- ¿O solo soñamos un reencuentro?

Que extraño encontrarnos de nuevo.
¡Qué broma nos haría la vida!
Saber de ti, tú de mí,
y ella riendo de la incertidumbre.

Bailando la música de tu risa,
enviciada con el sabor de tus labios,
atrapada con tus besos
y nuevamente tu rostro en mis pupilas...

De vez en cuando asaltas mi presente,
rompes mi soledad.
Y en esos " de vez en cuando",
siento que sueño...

-De vez en cuando se derrite el hielo,
y en esos "de vez en cuando",
creo que te he encontrado.


8.
Me encanta ese beso
que salta de tu boca 
y lanzas ligeramente al aire.

Me envuelve tu caricia
y el milagro de cómo en tu mano pequeña
cabe tal cantidad de amor.

El cantar de tu risa, 
el destello de tus miradas 
y ese beso que intento atrapar 
en la invisibilidad del aire.

Tomar el sol y la luna 
de una vez entre mis brazos. 
Secar el mar con mi pañuelo 
y besar las gotas de rocío 
que escapan de tus ojos.

Guardar los tesoros del mundo en mi lugar
 y ver descansar en mi cama un ángel… 
me encanta ese beso que sale de tu boca 
me encanta cuando ese beso lleva mi nombre.

- Me atrapa cuando no lo espero
y asalta mi despiste 
y vuelo 
y vuelvo 
y recibo un beso.


9.
¿Qué tan temprano podría haber llegado 
sin aparecer en medio de la noche?… 
¿Qué tan suave podría susurrarte 
para lograr que oyeras lo que te gritan mis labios?…

Atada de manos frente a la historia. 
Mi historia, 
tu historia… 
Que no son la misma.

 ¿Qué tan abrupto podría haber girado
 sin convertir el camino en un círculo
 y sin dejar tu cuerpo fuera de él?
 
¿Qué tan necio podrías ser 
para no ver lo que siento?…
y aquí estoy… otro día esperándote.
Como si saber que estás, me llevara a tu pecho. 

Aquí, espero un abrazo de letras ligeras
tus palabras… cualquier palabra.
Para despertar mis sonrisas…
para recordarme en tus brazos.

Y te tengo aquí...
en medio de mis besos y mis sueños
enredado entre mi pelo y mis deseos
y aquí estoy… otro día que no llegas
y otro día que te espero…


10.
Inúndame con tu mirada clara,
con tus mil miradas,
con el mundo en tu mirada.

Y ¿qué puedo? si no puedo explicarte lo que provocas.
Si mis palabras se atropellan en mi pecho repleto
y mis ideas, solo ríen al ver tu rostro.

Si mi razón se vuelve alada
y flota sobre mi mayor pesimismo.
- O mi más frío realismo -

Y desde arriba,
en la mejor perspectiva que me entrega tu amor,
descubro que soy inmensa.

Porque mi pecho ha crecido de tal forma,
que sus límites se han quebrado.
Estoy flotando…

¿Quién puede decir no, si ve tus ojos?
¿Quién puede decir ahora que no?…

¿Y quién puede hacerme llorar si está tu risa?
¿o apagar la luz, si están tus ojos?
Poder comprender la palabra imposible.


11.
Son de risa es tu risa y mi risa.
-Risa tras risa y sonrisa.
Bailando, girando, cantando
entre brisas y sueños se acarician.

En el prado de tu rostro
corre libre y casi vuela tu risa
y en el espejo del mío
se refleja.

-Tan dulce, tan cierta.
Tan sueño, tan despierta.
Salta la tuya a mi cara
y la mía se transforma en beso
y esos besos ahora en mis versos.

Sonrisa tras sonrisa y ahora son risas
son las que sanan, son las que aman
son las que envuelven sublimes mi alma.
son las que entregan el son,
este son que me mueve,
que se instala sutil de mañana y canta.
-¿Qué son esas risas que bailan…?
-¿esas risas?... Sonrisas!...



CUARTO MENGUANTE
– NIVELES SUBTERRÁNEOS –

No se ve nunca.
Esta semana está fuera de la piel. Es una fase de romperse y pelear o de defenderse, aunque eso signifique escapar. Mucho análisis en un estado agresivo.
Es el cansancio, el retorno al origen. Todo y nada es siempre la sola elección.


1.
¿La vida? 
Manchas obscuras frente a un relámpago. 
Unidas, inquietas, en éxtasis. 
Dispersas apenas se arrastran, 
con ojos largos y blandos, 
como cera.


2.
Escucho el pulso de la tarde. 
Perdida en la ficción.

Rodeada de muros. 
Angustioso encierro, soledad inútil.

Vestida completa de dolor. 
Cierro los ojos extenuados, 
comeré miedo de tus manos.

Fuera de esta bóveda de inercia, 
los ladrillos caen poco a poco.

Viva y muerta en el cristal de estos días. 
Viva, en deseos casi agonizantes,
muerta, 
de sensibilidad por la distancia.


3.
Opaco y transparente, 
has hecho de todo, una farsa.

Eres la silueta que aparece en un espejo, 
lejana, irreal, 
borrada por el tiempo.

Mañana, será el olvido. 
Quiero arrancarte de mí, 
insecto miserable en mis entrañas: 
tantos hay como tú.


4.
Quieres estar solo.
Encerrado en un diámetro de esperas, 
solo, 
entre las sombras que te guardan.

Persigo el eje simétrico de tu mirada, 
distante, 
como si hubiese perdido el rumbo.

5.
Soledad en amargos surcos de otras bocas. 
Agonía multiplicada por el viento.

Resplandor de unos ojos, cada vez más serenos. 
Me has dejado sonriendo... pero me siento vieja.

Todo lo que tuve, se arranca de mi frente. 
Hoy vengo a llorar por siempre la añoranza, 
fundida, 
en todos los silencios de la tarde.


6.
Me miras y te burlas…

No sé quién eres, 
ni por qué idea te me enfrentas.

Dices que no puedo… 
y sigo triste, 
como siempre.

Golpeas mis palabras y me acusas… 
No quiero perdón ni lágrimas. 
La pintura gotea tu rostro.

Sigues colgado en el rincón.


7.
Imaginar que todo es borrado. 
No haber sido en este tiempo, 
nunca.

Olvidar la vida en un desvío, 
un día de este otoño o de esta angustia, 
un día solamente.

Basta cerrar los ojos 
y no pensarme más.


8. 
Fuerza en los pasos, 
cae la mueca de ilusión. 
Tiempo repetido de nostalgias, 
ecos intactos,
retenidos en la palma de mi mano.

Recojo, 
uno las piezas de mi condición, 
descompongo la voz en el silencio, 
pesan los pasos libres
de la gente por la calle.

Arranco gritos de dolor.


9.
Se durmió el afán de las palabras. 
Todo sigue. 
Calle, pasos, imágenes, 
los rostros de la gente.

Desaparece el mundo que me dieron. 
Encierro de seguridades. 
No tengo nada para dar, 
¡nada! ya no están.


10. 
¿Por qué aparece la pasión 
a destiempo y sin sentido?

¿Por qué aparece inútil 
en un mar de silencios secretos, 
inconfesables?

Se mueve con distancias peligrosas, 
sin sangre ni latidos, 
ilusión de los cuerpos, 
agonizantes.


11.
Vivo bajo un obscuro manto que me da vida, 
por momentos si vivo, estoy muerta. 
Vivo, en la noche, 
en un mar muy negro y mientras vivo, 
sufro y río.


12.
Angustiante silencio del sueño 
que busca respuestas imposibles. 
Traspasa todos los instantes 
olvidados y erráticos.

¿Cómo develar el misterio y corregir lo pasado? 
¿Cómo estar unidos en días obscuros, 
en momentos perturbados?

Percibo desde lejos trazos de visión
renovando en espiral el viento de las cosas.
Todo muda y luego, decrece.


13.
¿Dónde te has ido energía de mi voz, 
de mis anhelos?

¿Aún alguien espera 
para ser motivo de todas mis palabras?
¿Habrá algo oculto tras la niebla?

Persigo algo nuevo, 
algo que no pierda mi noche, 
que me mantenga liviana dentro de la piel.

Una pasión antigua, de esas que lo son todo.


14.
Persigo intangibles, 
me duermo en la espuma inmaterial 
que revienta en el océano de infinitos.

No cumplo sueños, los desvelo. 
Ardo en las utopías, 
no hago realidad las esperanzas.

Se juntan las arenas del ser y el no ser
en el punto más ciego de mi mirada.

Derramo lágrimas dulces de internas mareas 
y revuelvo las aguas del cielo 
esperando ese instante eterno 
que todos buscan y olvidaron.

Dejo fluir, acallo voces. 
Anhelo permanencias, revivo soledades. 
Aplaco dolores y los materializo. 
Convierto en residuo la vida y revivo la muerte.

Muero cada día mientras corra la sangre por mis venas.


15.
Entiendo. 
Mi voz produce sobresaltos. 
Se eleva todo el cuerpo donde el abismo acaba.

Sin conocer el sino, observo pensativa. 
Siempre distante, estás perdido entre las notas. 
Viajero de las almas. Entiendo.

Plenitud. 
El mundo alborotado, gira y gira, 
quejas prisioneras que emergen en el viento.

Entiendo. Carente de ti, todo da risa.


16.
Va caminando, se aleja.
No lleva mis ojos en sueños,
no marca sus uñas en el muro.
Sigue a tientas, como de nieve.

Lleva la mirada quieta,
pasos golpean pasos.
El día se retuerce.

Cae la lluvia,
enredase en árboles,
gime por la tarde gris y rosa,
que le dieron.

Su cuerpo se desliza en mis manos,
se desprende de sus formas,
se aleja;
pierde su imagen inconclusa.

Alarga mis sueños,
me extingue escondida en el fondo.
En la cima del deseo.
Inagotable, me pierde.


17.
Tan fácil la senda del olvido. 
Extiende brazos al eclipse de luna,
vuela sobre el alma negra de la tarde.

Quemará su piel de papel
como otro día mi abrazo;
vaciará la sombra imprecisa
al límite de la alborada.

Noche sin luna... oscuridad de luz.



18.
Necesito tiempo. 
Ese tiempo que otorga soluciones, 
necesito tiempo, ese que me acuna.

En una atmósfera cuadrada 

no llueven los silencios,
en una tierra desecha entre los dedos
se yerguen impactados los relámpagos.

Dónde están? Dónde voy? 
Dónde me miran?
Desde qué vacío me esperan? 

En un mundo lleno de vigilantes
no puede salir la luna


RESEÑAS

PAZ LUCIA URZÚA:

Nací una tarde de octubre, en una familia de escritores, creciendo entre las letras. En mi afán de justicia, estudié Derecho en la Universidad de Chile.

Soy Paz pero mi vida suele ser de turbulentos cambios. Amo el amor de las palomas, el sol y sus noches cálidas y he volado muchos lugares, incluso sobre el mar, pero con los ojos abiertos no como la gaviota de la historia que lo hizo con los ojos cerrados.

Creo en Dios (Krsna). Mi alma se yergue entre las letras que pueblan y marcan mi frente e intento cada día descifrar los enigmas que me mueven para ser feliz.

 

VIVIANA SANDOVAL:

Paz me ha contado que el día que nací, llovía "de abajo pa' arriba", justo en medio del año, justo en medio de la noche. Siempre dividida entre lo mucho que me gustan las letras y las respuestas concretas que entregan los números. Me encanta volcar todo sobre letras, cuestionar todo, desarmarlo y derramarlo sobre el papel para dejar que vuelva a su forma... o a una nueva.

Admiro profundamente a quienes exploran el arte, en cualquier versión, a cualquier precio, sobre cualquier lugar. La pasión que se refleja en su ejercicio y que hace que eso valga todo. Admiro la bondad que logra aparecer aún en los espacios más hostiles. Y por supuesto, la voz y la fuerza de las mujeres que día a día, abren nuevos caminos

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